domingo, 23 de octubre de 2011

ESCUCHAD LA PALABRA DE YAHVÉ

EZEQUIEL 36, 1-4 : “Y tú, hijo de hombre, profetiza sobre los montes de Israel. Dirás: montes de Israel, escuchad la palabra de Yahvé. Así dice el señor Yahvé: porque el enemigo ha dicho contra nosotros: “ja, ja, estas alturas eternas han pasado a ser posesión nuestra!” por eso, profetiza. Así dice el Señor Yahvé: porque habéis sido asolados y se os ha codiciado en todas partes hasta pasar a ser posesión de otras naciones, porque habéis sido el blanco de la habladuría y de la difamación de la gente, por eso escuchad, montes de Israel, la palabra del Señor Yahvé. Así dice el Señor Yahvé a los montes, a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que han sido entregadas al pillaje y a la irrisión del resto de las naciones circunvecinas.”


ESCUCHAD LA PALABRA DE YAHVÉ

Qué difícil es escuchar en medio de tanto ruido. No podemos escuchar si no hacemos un esfuerzo, “el mundo está lleno de ruido”.

• RUIDO QUE LLENA MIS OIDOS, que hace que sea sorda, sorda a los lamentos de quién está cerca y de quién está lejos, ruido que hace que no oiga, sino como en un susurro, ese grito desesperado del que necesita amor.
• RUIDO QUE LLENA MI VISTA hasta ver borroso, nublado o incluso ser ciega total. Un ruido tan grande que hace que no vea las cosas maravillosas de la vida, cosas pequeñas, “cositas” que por su tamaño y mi reducida visión me pierdo; quizá una sonrisa escondida, el gesto de emoción de volver a ver a alguien, …

• RUIDO QUE LLENA MI BOCA, hasta tal punto que no puedo saborear nada, todo me parece insípido, y lo “como” sin ganas, “para qué”, no me produce ninguna satisfacción, me lo trago rápidamente y como mirando a los lados para que no me vea nadie. Pierdo el gozo que me producen las cosas bien echas, sin prisas, con dedicación.
• RUIDO QUE LLENA MIS MANOS, ruido que me cambia la piel y la hace insensible y superior, ruido que no me deja que gaste mis manos por nada ni por nadie.
• RUIDO QUE LLENA MI NARIZ y no me deja olfatear el camino que debo seguir y me quedo parada, esperando que los demás vengan a mí y no yo a ellos, como si yo fuera más que nadie; ruido que no me deja dar el paso de la misericordia, el paso de no pensar sólo en mí.

El ruido del mundo es tan intenso… no para ni un momento y poco a poco nos inutiliza los sentidos, de manera que no nos damos cuenta del engaño y empezamos a ver como “normal” todo lo que nos ofrece el mundo. Por eso nos dice Dios que escuchemos su palabra y nos lo dice a todos, que la escuchemos cuando seamos montes, colinas, barrancos y valles, ruinas desoladas y ciudades abandonadas.







ESCUCHAD LA PALABRA DE YAHVÉ

Pero para poder escucharla tenemos que estar en silencio, eliminando cualquier ruido o distracción. Tenemos que desear escuchar, tenemos que desear ser amados y para ello tenemos que despertar nuestros cinco sentidos, tenemos que liberar nuestra alma, darle la alegría, el gozo de poder ver, oir, oler, gustar y tocar a su Padre.
Porque la Palabra de Dios va a actuar en nosotros igual que el sol sobre la ropa blanca. Una vez que “escuchemos de verdad” su Palabra vamos a ser como un mantel blanco que ha servido para las comilonas y banquetes del “mundo”, pero ahora Dios nos coje, nos lava con cariño y nos extiende con delicadeza sobre la mullida hierva para que los rayos del sol, acariciándonos hasta lo más profundo, rayos que se mueven, que bailan, que pasan por los recovecos más escondidos y más difíciles,…, estos rayos eliminan, hacen desaparecer, lentamente, todas las manchas del mantel, las grandes y las pequeñas, incluso las más resistentes, porque así es la acción del Espíritu Santo.


ESCUCHAD LA PALABRA DE YAHVÉ

“Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” Juan 1, 14.
Si escuchamos y aplicamos en nuestra vida su Palabra podremos amar a los demás como Dios nos ama a nosotros, podremos darnos darnos sin esperar nada a cambio. Sigamos el ejemplo de Jesús.
Que su palabra sea como el pan de cada día, que sea como el respirar, que su palabra viva en nosotros. Que así sea.

Cris.

viernes, 21 de octubre de 2011

INTENCIONES DEL PAPA.

A partir de este mes, en el margen izquierdo del blog se pondrán las intenciones del Santo Padre para que las tengamos presentes en nuestras oraciones. Esta mismas se irán actualizando cada mes. Bendiciones para todos, gloria a Dios.

martes, 18 de octubre de 2011

DIOS NOS HABLA

La importancia de la creencia y la predisposición ante la oración, momento intimo y sin igual de acercamiento a Dios. En la necesidad de estar concentrado en lo que estamos haciendo, de que no sabemos el momento real y preciso en que el Señor nos va hablar.

Hablar con Dios, orar,…Pensemos realmente lo que hacemos o intentamos hacer, hablar con Dios.

Pregunta; ¿Dios va querer hablar conmigo? No podemoa dudar de esto. Cada vez que nos unimos en la oracion de alabanza, es Dios el que nos da por pura gracia, la bendición de este momento, de la llamada, su llamada. Debemos seguir con la actitud de creer.

IMPORTANCIA DEL SILENCIO DESPUES DE PEDIR EL ESPÍRITU SANTO. Aprovechar la presencia del Señor para comunicarnos con el.

El Señor lleva hablando con los hombres desde su creación. Nunca nos ha dejado de lado, nunca. Desde nuestros primeros padres Adán y Eva hasta nuestros días, o sea, yo, tu. En la Palabra se nos cuenta como se han producido esas conversaciones en lo antiguo, como por medio de los profetas y los hombres y mujeres santos, Dios se ha dado a conocer. A conocer, que El YO SOY se tenga que dar a conocer…Que sordos y ciegos somos, pero no solo de vista u oído, si no de corazón, alma, y cualquier sentido que nos acerca a el. Dios se manifiesta a cualquiera que este dispuesto de corazón, si lo hace con “cualquiera”, como no lo va hacer con nosotros que somos su pueblo elegido, sus amados, sus predilectos.


LA CERTEZA DE QUE NOS HABLA, SEGURO QUE EN ALGÚN MOMENTO SE A PRODUCIDO. Busca dentro de ti ese momento, seguro que lo recuerdas.

Si hemos sido creados por el y estamos llamados a volver con el, porque nos empeñamos en no dejarnos penetrar por su santo espíritu. Somos un vaso perfecto, el mundo nos ha hecho cada vez más perfectos, menos necesitados de cualquier cosa que nos lleve a tener un apego a algo , alguien …familia, amigos (no se pueden tener amigos, ya que como todos estamos llamados a ser más que el otro no hemos de tener verdaderos amigos, algún día los tendremos que pisar), y como no la religión.Sólo el Señor puede romper ese vaso y hacerlo NUEVO.

Esa secta, atadura,rollo, etc., que nos aparta de lo que nos divierte, lo que nos da placer rápido, barato y desechable. Palabras que vamos a ver;

_____ Rápido: como no, el mundo se mueve a una velocidad de vértigo. Corre que sino te vas a quedar el último y el último es un LOOSER. Al final la precocidad, es el resultado de esto. Ahora nos estamos haciendo viejos a los 30 años(según que cosas), porque a los 30 ya tienes que haber hecho de todo y tener cumplidas la mayoría de tus expectativas de futuro…..

_____Barato: ¿Cuál es el precio que estamos dispuestos a pagar? Pues hombre, el menos posible. Así nos va. Lo que poco cuesta nada se aprecia…familia, trabajo, dinero…

_____Desechable: El consumismo nos pone una gran variedad de artículos desechables, usar y tirar. Podemos elegir, es nuestro derecho, es nuestra vida. Somos dueños absolutos del mundo…que lástima. El mundo es dueño absoluto de nosotros.

“Vosotros no sois de este mundo”, “Mi reino, no es de este mundo”. Se nos habló de creer, de eso se trata siempre. El Señor no para de hablarnos, en ningún momento.

LENTO, CARO E IMPRESCINDIBLE.


_____Lento: pues la tranquilidad debe domar nuestros corazones, con paciencia en ese momento de oración. No vale, “un ratito y ya”, todo tiene un tiempo, el del Señor.

_____Caro: todo lo que dejamos, los sufrimientos por los nuestros, las dejaciones, las burlas, la falta de incomprensión, “a que vas? Que hacéis? Eso es perder el tiempo. Pero se nos dará el ciento por uno y tenemos que saber que ya se nos a empezando a dar.

_____Imprescindible: es nuestra necesidad, lo ansiamos y si ya lo hemos probado no lo podemos dejar. En el fondo de nuestro ser sabemos que es así, imprescindible. Dios, la palabra y la oración.


Es cierto que en los momentos de silencio, en casa, en el templo se nos dirige la palabra de una manera especial. ¿Pero y en el mundo?. En el mundo es donde más se nos habla.

Se nos habla de unas necesidades reales, de unos abusos verdaderos, de una demencia bochornosa y de unas dejaciones permitidas. El silencio que tenemos que madurar debe ser un silencio total de tal manera que sepamos cuando se nos habla desde lo más alto desde lo más profundo de nuestros corazones que es donde Dios habita siempre. Dios está en nosotros porque como ya dije, somos suyos y de nadie más. Todo lo demás pasa por algo que no debemos ni pensar, solo saber que el está presente en nuestras vidas las 24 horas.

Ese silencio tiene que ir con nosotros permanentemente. Un pájaro que se posa delante nuestro, una flor que se marchita, pero otra se abre a su lado, un matrimonio ya anciano, un joven drogado en el suelo, un padre y una madre que se odian. Todo esto son mensajes de Dios, todos. Depende de nosotros no ser indiferentes ante las cosa que se nos dicen.

Vivamos en el amor de Jesús, nombre sobre nombre. Nombre que da paz, amor y sana. Es la manera en la podemos traducir lo que se nos dice.

Fran.