"Bendita tú entre todas las mujeres"! Un día Dios Padre miró a la tierra y vio una hermosa doncella, humilde, generosa, piadosa, que estaba en su casa de Nazaret, la eligió para ser la madre de Jesús, el Hijo de Dios.
A los seis meses envió Dios al Ángel Gabriel a la ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen, prometida de un hombre descendiente de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró donde ella estaba y le dijo: "alégrate, llena de gracia el Señor está contigo". ante estas palabras María se turbó y se preguntaba qué significaría tal saludo. El ángel le dijo: "no tengas miedo, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. María dijo al ángel: "¿cómo será esto, pues no tengo relaciones?". El ángel le contestó: "el Espíritu Santo vendrá sobre tí y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra: por eso el niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de Dios".
María dijo: "Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra", y el ángel la dejó. (Lc. 1.26-36).
Gracias María por decir SÍ, como te fiaste del ángel, afrontaste el momento de encontrarte con José.
¿Qué hubiera hecho el mundo sin ese "SI" que llenó la tierra de salvación?.
La plenitud de gracia de María hizo que saliera corriendo a ver a su prima Isabel. No podías más, estabas tan contenta, te pones en camino, no sientes cansancio, llevas en tu seno al Hijo de Dios. Tu vientre es el primer sagrario del mundo, es el primer CORPUS que recorrerá los caminos, para visitar a tu prima Isabel, a la vez que paseas al Señor como seguimos haciendo en la actualidad, para que el REY DE REYES bendiga a su pueblo.
Entras en casa de Zacarías e Isabel, ella al oir tu saludo, su hijo salta en su vientre e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. Y alzando la voz le dijo: "¡BENDITA TÚ ENTRE LAS MUJERES Y BENDITO EL FRUTO DE TU VIENTRE!". Que abrazo tan generoso, lleno de amor, no podía caber más alegría, entre vosotras dos está el profeta del Altísimo porque irás delante del Señor a preparar sus caminos. María no se queda parada sino con esa confianza que tenía en su corazón y esa fuerza entona el "MAGNIFICAT".
Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se regocija en Dios mi salvador,
porque se ha fijado en la humilde
condición de su esclava,
desde ahora me llamarán dichosa
todas las generaciones......
¡Como no llamarte dichosa, si nos has dado al Salvador del mundo!
Llegaría el nacimiento de Jesús, sales de tu Nazaret, pero no estabas sola José ya sabía todo, se fió también de las palabras del ángel, cuidaría de ti y de tu hijo, caminais hacia Belén, allí nacería el "SOL que nace de lo alto" para, iluminar a todos los que viven en tinieblas.
Estabas allí contemplando el fruto de tu vientre, viendo cómo venían a adorar al Santo de Israel, ¿qué gozo sentirías? todo se había cumplido, pero se cumplirían muchas cosas que no serían tan agradables como llevar en tu seno al Hijo de Dios.
Tienes a Dios contigo y a José, siempre estaría contigo hasta su muerte. Llevaste a tu hijo al templo de Jerusalem, para ofrecerlo al Señor según la ley de Moisés, allí estaba el viejo Simeón, el Espíritu Santo estaba en él, le había anunciado que no moriría sin ver al Salvador.
Simeón les bendijo y dijo a María su madre: "este niño está destinado en Israel para que unos caigan y otros se levanten; y a ti una espada te atravesará el corazón ".
Qué noticia tan cruel, qué amargura y confusión sentirías en tu corazón, pero vuelves a tu ciudad de Nazaret.
El niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, la gracia de Dios estaba con él (LC 2,39-40). Tú guardabas todas esas cosas en tu corazón, Jesús era bueno contigo y con José.
Llevas un tiempo sin aparecer con tu Hijo, pareces dormida, pero te invitan a una boda en Caná de Galilea, también a Jesús. Tú como buena mujer observadora te das cuenta que el vino se terminó, quieres ayudar a esos nuevos esposos, recurres a tu hijo y le dices "NO TIENEN VINO". Jesús le contestó: "Y a tí y a mí qué, mujer? Mi hora todavía no ha llegado".
Su madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga" (Jn 2, 2-5)
Se manifestó su gloria y tú nuevamente servicial y con esa esperanza de conseguir poder ayudar a esos novios.
María que tu seas en nuestra vida ese vino fundamento de la vida cristiana: actitud de FE, ESPERANZA, AMOR Y OBEDIENCIA.
No hay verdadero cristiano que no alabe y honre a la madre de Dios: por eso nuestro querido patrón SAN JUAN DE ÁVILA nos dice: quererla bien y no imitarla poco aprovecha.
Id con María a Jesús. Ella os recordará de contínuo lo que dijo en las bodas de Canaá: "¡Haced lo que Él os diga!".
María es esposa de Iglesia, por eso los cristianos que formamos la iglesia peregrina tenemos que luchar contra el pecado.
Ayudanos a vivir como Iglesia, sirviendo a nuestros hermanos y proclamado con alegría nuestra fe.
También eres maría del dolor, qué triste te veo en ese viernes Santo, tus ojos están llorando. junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y maría Magadalena.
Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: "Mujer ahí tienes a tu hijo" y luego le dice al discípulo: "ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (Jn 19, 25-27).
Ahora si que eres nuestra MADRE llena de dolor, pero asumiste ese dolor, enfrentaste ese ser MADRE DE LA HUMANIDAD, ayudanos a mirar nuestro dolor cotidiano, a querer a nuestra madre de la tierra, cada vez que sufren o se preocupan por nosotros.
No te preocupes Madre. el hijo del Hombre RESUCITARÁ, tu Hijo María, nuestra alegría "ALELUYA". Por eso la Bienaventurada Virgen es invocada en la iglesia con los títulos de ABOGADA, AUXILIADORA, SOCORRO, MEDIADORA, ...
Hijos de María: te damos gracias Señor por tu Madre bendita fiel seguidora de Jesús, que también es nuestra madre.
Gracias por tener oraciones para invocarte:
- el santo Rosario con sus letanías
- el Ave María
- La Salve
- Magnificat
- Acordaos (San Bernardo)
- Bajo tu amparo
- Bendita sea tu pureza
- Ofrecimiento a la Virgen María
- ¡Oh Señora mía! ¡Oh madre mía!
- Ángelus (al mediodía)
Nos despedimos de ti Madre con esta oración del mes de mayo:
DULCE MADRE
Dulce madre, no te alejes,
tu vista de mi no apartes,
ven conmigo a todas partes
y solo nunca me dejes;
ya que tu me quieres tanto
como verdadera madre,
haz que me bendigan
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
Amén
Elisa
ego diligere quam pulchra mater quia si
ResponderEliminarDeo gratias, me legere
miguel blazquez martin