sábado, 26 de febrero de 2011

COMO LOS NIÑOS EN EL EVANGELIO


Jesucristo trae al reino de los humildes, no es un reino de ricos, ni de grandes y poderosos. Es una concepción distinta. En el reino de Dios, los parámetros son muy diferentes a los concebidos en este mundo de los hombres:

“El que se haga pequeño, como un niño, es el más grande en el reino de Dios” (Mt  18, 4).

Por eso Jesucristo, que es el primero, se hizo el último, se hizo la nada, un nadie  (Flp  2, 7). Y por eso, San Pablo se llamaba a sí mismo el menor “el más insignificante” (Ef  3, 8) y San Francisco de Asís, el evangelio viviente, era el “mínimo”, el padre de una comunidad de mínimos, que eligió la “minoría” como signo y distintivo de los frailes menores.

En el reino de Dios lo más importante es lo más pequeño, como el grano de mostaza, la semilla más pequeña que se hace luego un arbusto más grande (Mt  13,32), o como el poco de levadura que hace fermentar a toda la masa (Mt  13,33); Lo débil es enaltecido (Lc  1,52); y, en el cuerpo de Jesucristo, que es la Iglesia, “los miembros más débiles son los más necesarios” (1 Cor 12,22); en la Tierra Prometida, Belén, un pueblo muy pero que muy pequeño, es una de las principales ciudades de Judá, porque  Dios todo un Dios quiso nacer en ella, en la Biblia y en la vida real “ es el Dios de los humildes, socorro de los oprimidos, protector de los débiles, defensor de los abandonados, salvador de los desesperado “,(Jdt 9,11)  “Levanta del polvo al indigente, saca al pobre del estiércol” (Sal  113,7. Por eso, “cuanto más grande seas, mas te has de bajar” (i  3,18).



JESUCRISTO Y LOS NIÑOS 

Jesucristo, siempre acogió a los niños, los quiso tener a su lado y expreso así la preferencia de Dios por los niños:
“ Yo te alabo, padre, Señor de cielo y de la tierra, porque as escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos y se las has revelado a los sencillos” (Mt  11, 25).
Jesucristo tenía la costumbre de coger a los niños en brazos y de bendecirlos, imponiéndoles las manos (Mc  10, 16). Por otra parte, los niños, más que nadie, se sentían atraídos por la ternura, la bondad, y el amor de Jesucristo, al que seguían alegres y contentos, hasta el punto de que incluso dentro del templo, gritaban diciendo: “Viva el Hijo de David” algo que a los escribas y sacerdotes les sentó muy mal (Mt  21, 15), Jesucristo les replica con el salmo 8: El cielo sublime canta la majestad de Dios y entre tanta grandeza, hasta los mismos niños se unen jubilosos a esa alabanza, proclamando, la mesianidad de Jesucristo, cosa que no hacen los mayores, ni siquiera los dirigentes.

Jesucristo tenia tal fama de sanación que las gentes creían que, con solo tocarle, salía de el una fuerza curativa y un poder milagroso (Mt  9,20). El toque de Jesucristo era tenido por un toque divino que hacia crecer a los niños sanos y robustos. Por eso, le llevaban los niños para que los cogiera en brazos, les impusiera las manos, rezara por ellos y los bendijera (Mt  19, 13-15).

“Los discípulos les regañaban”: Tal vez porque los niños son empalagosos y algunas veces nos sacan de quicio incluso a los padres por eso me imagino que los apóstoles para que no importunaran a Jesucristo, y para que Jesucristo no perdiera el tiempo con ellos pues no querían que las gentes tuvieran a Jesucristo por un simple escriba, puede ser que los apóstoles  lo hicieran por que la cultura judía no tenían a los niños en cuenta para nada.

El caso es que los apóstoles hicieron una cosa que no gusto a Jesús y los regañara diciendo “Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos. Os aseguro que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrara en el” (Mc  10,14-15).

 Pero Jesús el Maestro insiste en su mensaje, no es solo una vez, hay otro pasaje referido también a los niños:

“Los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Quién es el más grande en el reino de los cielos? Jesús llamo a un niño, lo puso en medio y dijo: Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como niños, no entrareis en el reino de Dios. El que se haga pequeño como este niño, es el más grande en el reino de Dios. El que acoge en mi nombre a un niño, como este, a mi me acoge” (Mt  18,1-5).

Marcos dice que Jesús cogió en brazos a un niño y lo puso en medio (9,36)
y Lucas que lo puso a su lado. Si lo puso en medio, es para proponerlo como modelo, y si lo puso a su lado, es para indicar que esta de su parte, esta parábola es semejante a la acción del lavatorio de los pies, en la que Jesucristo se hace el último, el esclavo, el servidor de todos; y lo que él ha hecho es lo que tenemos que hacer todos nosotros. son lecciones practicas que nos da, que el Maestro nos comunico con su palabra y obras.



HACERSE NIÑO

Por tanto, el que quiera ser primero, tiene que hacerse el último, importante es el que se hace servidor, el criado, el que sirve al más pequeño, al más débil, al más necesitado. Y que los dirigentes, los de arriba, están para servir de verdad y no solo, en apariencia, a los dirigidos, a los de abajo. El primero debe ser el último, y el menor debe ser el mayor. Ante la ambición de los apóstoles –y especialmente de los hijos del Zebedeo-, por querer ocupar los primeros puestos en el reino, Jesucristo,
Aprovechando la ocasión, les dijo: “Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que lo grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así, sino que, si alguno de vosotros quiere ser grande, que se haga vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, sea el servidor de todos” (Mt 20,25-26).

Mateo, en relación con la predilección de Jesucristo por los niños, dice:

“El que de de beber a uno de estos pequeñuelos un vaso de agua fresca, porque es mi discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa” (Mt 10,42).

La idea expresada en estos textos nos obliga a los discípulos de Jesucristo, y muy especialmente a nosotros apóstoles y sucesores, a hacernos como niños. Es una lección fundamental para todos los seguidores de Jesucristo, sin ese requisito, no podremos entrar en el reino de Dios, y, así mismo, para nosotros, si queremos ser miembros cualificados del reino. En todo caso, el adulto tiene que dejar de ser lo que es y comenzar un nuevo modo de vivir, hacerse niño, nacer de nuevo en el renacer de la fe. POR QUE LOS NIÑOS ENSEÑAN A VIVIR A LOS MAYORES.

GLORIA  A  DIOS.

Paco


domingo, 20 de febrero de 2011

Tu estas aqui

ESPÍRITU SANTO

16 Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: 17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes. San Juan 14, 16-17.

Ya sabemos que el Espíritu Santo aparece frecuentemente en los evangelios, en las cartas de San Pablo y de San Juan, y sobretodo en los Hechos, que ha sido llamado por ello el evangelio del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo aparece en momentos clave:en nuestra redención,en la concepción virginal de María, en el bautismo de Jesús en el Jordán, en los comienzos de su ministerio, en el curso de ese ministerio en los labios de Jesús, en la muerte del Señor, en el Resucitado, en el momento de la ascensión, en el nacimiento de la Iglesia, el día de Pentecostés, en la predicación apostólica y en la formación de las primeras comunidades cristianas.

El Espíritu Santo parece ir realizando todo empezando por María, siguiendo por el propio Jesús y terminando por los cristianos y la Iglesia naciente. Es entonces el gran conductor e inspirador. Por ello también es el gran regalo que el Señor nos da, es el más precioso don que podemos tener los creyentes. Es el principio de toda fecundidad apostólica, es el que renueva, anima y empuja y lleva adelante toda obra buena. Es amor, gozo, luz y sobretodo experiencia.


Ahora bien, el Espíritu Santo, se nos ha concedido a todos en nuestro bautismo o sea, que desde ahí somos ungidos. Nosotros hemos tenido la gracia, en los Seminarios de Vida en el Espíritu, de recuperar nuestra fe y el saber que somos ungidos por el poder del Espíritu Santo. Por lo tanto tenemos que ser conscientes de que somos ungidos por Él. Y para que esta unción sea eficaz, el ungido  debe ser fiel a Dios. Si a ese don recibido no damos nuestra colaboración, se quedará escondido. El Espíritu no se va de la persona ungida, pero su acción queda limitada por la libertad humana.

Es esencial tener fe, la fe es confianza. Si yo tengo fe, es que me puedo fiar de Dios, y a medida de que yo abra mi corazón y me despoje de todo lo que me aturde, y deposite mi fe, confianza, obediencia, sencillez y me abandone totalmente a Él, mi vida cambiará y será una vida de entrega agradable al Señor. Entonces, la confianza supone apertura de corazon, disponibilidad, docilidad, obediencia, humildad, abandono y entrega.

Teniendo todo esto yo puedo invocar al Espíritu Santo. Porque así nos lo prometió Jesús (Lc 11, 9-13):
9 También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.11 ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? 12 ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan».

Por favor hermanos, que no nos cansemos de pedir el Espíritu Santo.

José.




sábado, 12 de febrero de 2011

CONFIEMOS EN LA PROVIDENCIA: NO PODEMOS SERVIR A DIOS Y AL DINERO

Queridos hermanos:
Nos reunimos en la casa de SEÑOR para alabar, bendecir, glorificar, darle gracias y leer su palabra que nos llena de esperanza y de vida.
Leemos a San Mateo 6, 19-27:

19 No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. 20 Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. 21 Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. 22 La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado. 23 Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá! 24 Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. 25 Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? 26 Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? 27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?

Una entrega sin medida a las cosas de la tierra termina apagando la vida del espíritu. El hombre tiene que trabajar para cubrir sus necesidades, pero un cristiano debe procurar un mundo mejor a los demás.
Debemos ayudar, no atesorar las cosas con avaricia, estos bienes son perecederos, pero la confianza en el SEÑOR es eterna : tenemos que fiarnos del SEÑOR. No desear, no angustiarnos, no estar preocupados de si el hermano tieno más que yo.
Todo esto nos hace estar mal ¡qué bien nos sentimos cuando ayudamos! se enriquece nuestra vida, nuestro corazón se vuelve generoso.
No llenemos nuestra vida de oscuridad, acordaros de los primeros cristianos cómo repartían todo, salieron adelante aunque tuvieron muchas dificultades pues el SEÑOR estaba con ellos, siempre ha sido así, el SEÑOR nunca abandona, te da el ciento por uno.
Seamos generosos: demos amor, ayudemos a nuestros hermanos en todo, una sonrisa, una lágrima si está triste, que nuestro grupo La Nueva Jerusalem sea una luz en nuestra vida, para dejar esa inquietud por las cosas materiales.
Tengamos fe, fiémosnos del SEÑOR, hagamos oración, pidamos, demos gracias, nunca nos abandonará. La vida es muy corta, no perdamos el tiempo.
Mi boca habla de lo que llevo dentro de mi corazón, espero hermanos que nuestra vida se llene de felicidad dando todo lo que podamos a DIOS y a los hombres para construir un mundo mejor.
Mi alma quiere volar, pero estos huesos secos no me dejan. Necesito vuestra oración, soy feliz en mi grupo de alabanza.
Elisa.

SÁBADO 12/02/2011



Ustedes son mi pueblo, por ustedes estoy aqui siempre, porque sé que todos me necesitais, no dudeis, que estoy a vuestro lado, confia solo, llámame y te responderé.

lunes, 7 de febrero de 2011

EUCARISTÍA SÁBADO 5/02/11

LECTURA
Lectura de la Carta a los Hebreos.  Heb 13, 15-17. 20-21
Hermanos: Por medio de Jesús, “ofrezcamos sin cesar a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios” que confiesan su Nombre. Hagan siempre el bien y compartan lo que poseen, porque ésos son sacrificios agradables a Dios. Obedezcan con docilidad a quienes los dirigen, porque ellos se desvelan por ustedes, como quien tiene que dar cuenta. Así ellos podrán cumplir su deber con alegría y no penosamente, lo cual no les reportaría a ustedes ningún provecho. Que el Dios de la paz -el mismo que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre de una Alianza eterna?-los perfeccione con toda clase de bienes para cumplir su voluntad. Que él haga en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.

SALMO  Sal 22, 1-6
R. ¡El Señor es mi pastor, nada me puede faltar!
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
Él me hace descansar
en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón
me infunden confianza. R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia
me acompañan a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R.

EVANGELIO
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos.  Mc 6, 30-34
Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.



La primera lectura, de la carta de los Hebreos, nos viene a decir que toda la vida cristiana debe ser una liturgia de alabanza a Dios, una liturgia de alabanza mediante el amor, mediante la caridad y mediante el servicio al hermano. Como toda nuestra vida, para ser esa ofrenda de alabanza a Dios tenemos que vivir desde el amor, desde el servicio al que tenemos a nuestro lado.

Y eso lo vemos cumplido en Jesús, en el evangelio que hemos escuchado, cómo los apóstoles vuelven de cumplir la misión que Jesús les había enviado y se ponen a contarle todo lo que han hecho, todo lo que habían enseñado, Entonce Jesús les invita a ir con Él, a solas, pero la gente se agolpa y Jesús, como decía San Marcos, se pone a enseñarlos, le dan lástima, siente compasión de ellos porque están como ovejas sin pastor, y se pone a enseñarlos. Ahí tenemos la misión de Jesús, el cumplimiento de la voluntad del padre, cómo se olvida de si mismo, cómo se olvida de sí mismo tanto Él como los apóstoles de la necesidad de ese descanso tan merecido, y se dan a los demás.

Y es una vez más el cumplimiento de su misión, de darse a los demás, de entregarse totalmente. Él ofrece el sacrificio por la salvación del mundo.

Pues ahí tenemos, hermanos, un compromiso para nuestra vida, cómo, si queremos ser agradables a Dios, cómo, si queremos pues que nuestros cantos, que nuestar oración lleguen a Dios tenemos que amar, tenemos que servir a los demás. Aunque eso nos lleve a olvidarnos de nosotros, aunque eso nos lleve a ponernos a nosotros en el último lugar, para que así ellos, los demás, alcancen vida, alcancen la salvación, alcancen en definitiva la vida de Cristo. Y todo eso, pues, no apoyados en nuestras fuerzas, sino en el Señor.

Si de verdad nos creemos lo que hemos dicho en el salmo, si de verdad nos creemos que el Señor es nuestro pastor, que teniéndole a Él nada nos falta, ya no nos hace falta nada más.

Por eso le vamos a pedir al Señor que nos de ese sentido de amar, de servir a los demás, de ofrecernos por los demás, porque así todos los que nos vean puedan también alabar a Dios, puedan elevar su vida hacia el Señor, viendo el amor, viendo la caridad que nos tenemos unos a otros.

Vamos a pedírselo así al Señor en un momento de silencio.

Homilía de D. Luis Mariano.


Sábado 5/02/11

Yo os mando la llovizna continuamente porque es inagotable,
pero vosotros teneis que desnudaros, quitaros los paraguas, impermeables, poneros al descubierto ante Mi,
para  poder calaros y cubriros de Mi,
quitaros todas las capas del mundo que os habéis ido poniendo, para que Yo pueda obrar en vosotros.