lunes, 7 de febrero de 2011

EUCARISTÍA SÁBADO 5/02/11

LECTURA
Lectura de la Carta a los Hebreos.  Heb 13, 15-17. 20-21
Hermanos: Por medio de Jesús, “ofrezcamos sin cesar a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios” que confiesan su Nombre. Hagan siempre el bien y compartan lo que poseen, porque ésos son sacrificios agradables a Dios. Obedezcan con docilidad a quienes los dirigen, porque ellos se desvelan por ustedes, como quien tiene que dar cuenta. Así ellos podrán cumplir su deber con alegría y no penosamente, lo cual no les reportaría a ustedes ningún provecho. Que el Dios de la paz -el mismo que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre de una Alianza eterna?-los perfeccione con toda clase de bienes para cumplir su voluntad. Que él haga en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.

SALMO  Sal 22, 1-6
R. ¡El Señor es mi pastor, nada me puede faltar!
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
Él me hace descansar
en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón
me infunden confianza. R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia
me acompañan a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R.

EVANGELIO
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos.  Mc 6, 30-34
Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.



La primera lectura, de la carta de los Hebreos, nos viene a decir que toda la vida cristiana debe ser una liturgia de alabanza a Dios, una liturgia de alabanza mediante el amor, mediante la caridad y mediante el servicio al hermano. Como toda nuestra vida, para ser esa ofrenda de alabanza a Dios tenemos que vivir desde el amor, desde el servicio al que tenemos a nuestro lado.

Y eso lo vemos cumplido en Jesús, en el evangelio que hemos escuchado, cómo los apóstoles vuelven de cumplir la misión que Jesús les había enviado y se ponen a contarle todo lo que han hecho, todo lo que habían enseñado, Entonce Jesús les invita a ir con Él, a solas, pero la gente se agolpa y Jesús, como decía San Marcos, se pone a enseñarlos, le dan lástima, siente compasión de ellos porque están como ovejas sin pastor, y se pone a enseñarlos. Ahí tenemos la misión de Jesús, el cumplimiento de la voluntad del padre, cómo se olvida de si mismo, cómo se olvida de sí mismo tanto Él como los apóstoles de la necesidad de ese descanso tan merecido, y se dan a los demás.

Y es una vez más el cumplimiento de su misión, de darse a los demás, de entregarse totalmente. Él ofrece el sacrificio por la salvación del mundo.

Pues ahí tenemos, hermanos, un compromiso para nuestra vida, cómo, si queremos ser agradables a Dios, cómo, si queremos pues que nuestros cantos, que nuestar oración lleguen a Dios tenemos que amar, tenemos que servir a los demás. Aunque eso nos lleve a olvidarnos de nosotros, aunque eso nos lleve a ponernos a nosotros en el último lugar, para que así ellos, los demás, alcancen vida, alcancen la salvación, alcancen en definitiva la vida de Cristo. Y todo eso, pues, no apoyados en nuestras fuerzas, sino en el Señor.

Si de verdad nos creemos lo que hemos dicho en el salmo, si de verdad nos creemos que el Señor es nuestro pastor, que teniéndole a Él nada nos falta, ya no nos hace falta nada más.

Por eso le vamos a pedir al Señor que nos de ese sentido de amar, de servir a los demás, de ofrecernos por los demás, porque así todos los que nos vean puedan también alabar a Dios, puedan elevar su vida hacia el Señor, viendo el amor, viendo la caridad que nos tenemos unos a otros.

Vamos a pedírselo así al Señor en un momento de silencio.

Homilía de D. Luis Mariano.


3 comentarios:

  1. Solo el Señor sabe lo que necesitamos porque el es Dios,por eso se compadece.Nosotros solo acertamos a seguir sus huellas, sabiendo que el puede saciar nuestra hambre.

    ResponderEliminar
  2. que hermoso es ver a los hermanos en la oracion de alabanza, aunque faltaban muchos ese dia en presencia pero no en espiritu, gracias Luis Mariano por ser tan generoso con nuestra comunidad, el REY en su reino eterno dara a su siervo el ciento por uno.

    ResponderEliminar
  3. QUE BONITA ES NUESTRA COMUNIDAD NO ME CANSO DE VERLA QUE BUENO ES EL sEÑOR

    ResponderEliminar