Hoy el Señor ha querido mostrarnos su amor a través de este tema tan transcendental como es el sufrimiento humano y el dolor. Todos conocemos un poco la historia de Job
La enseñanza de hoy es del: Del libro de Job -8.-1-6
Discurso de Bildad: Dios es justo
Bildad de Súaj, tomó la palabra y dijo:
¿Hasta cuándo seguirás hablando así
Y las palabras de tu boca serán un viento desatado?
¿Acaso Dios tuerce el derecho, el todopoderoso pervierte la justicia?
Si tus hijos pecaron contra él, ya los hizo cargar con su pecado.
Mas tú recurre a Dios, implora al todopoderoso.
Si eres irreprochable y recto, desde ahora velará por ti
Y restaurará tu mansión de justicia.
Job es un hombre justo y no entiende como siendo así, se encuentra en esa situación, “arruinado y enfermo”.
Job se dirige a Dios: pasando de las lamentaciones a las súplicas, intentando comprender que ha hecho. Es el dolor y el sufrimiento el que le hace pedir una respuesta a Dios.
Y es también como Dios guarda silencio durante largo tiempo, para luego, mostrarle finalmente que él no sabe nada de lo que es la creación y por tanto del dolor.
¿Sufrimos porque hemos pecado? ¿O el sufrimiento y el dolor no tienen nada que ver con haber pecado?
Ante este misterio, solo Dios puede darnos una respuesta.
En esta palabra su amigo Bidad le reprocha a Job sus quejas; y le dice: ¿Acaso Dios tuerce el derecho?
Job termina por reconocer que Dios es justo y dice: Es verdad las cosas son así ¿Cómo puede el hombre ser justo ante Dios?
Por eso Señor reconocemos nuestro pecado, con independencia de la proporción del castigo que podamos merecer pues; sabemos, que no tiene relación directa nuestro sufrimiento con el hecho de haber pecado, hay personas justas y buenas que tienen muchos males, y otras que no tienen corazón, gozan haciendo el mal y sin embargo todo les va bien.
El sufrimiento y el dolor tienen que ver no con el pecado personal, sino con el pecado original. “Nuestro Señor nos hizo para gozar y ser felices”.
Cuando uno experimenta en su propia carne y en su vida las dificultades económicas, el sacrificio escondido, las renuncias que hay que hacer, para que a los hijos no les falte lo esencial… cuando viene la enfermedad, o la falta de trabajo.
Es entonces muy fácil, caer en la desolación y en la tristeza. Nos sentimos desamparados y no vemos salida a esa situación.
También nosotros como Job, debemos dirigir nuestros lamentos, quejas y súplicas a Dios. El nos escucha y entiende porque sobre todo es un Dios que nos ama.
Pero no tiene por qué darnos miedo hermanos, el vernos despojados de todo, pues como dice Job: “El Señor me lo dio el Señor me lo quitó”.
Somos paja que se lleva el viento, polvo que algún día retornará a la tierra. Nuestro equipaje debe ser ligero.
En Lucas 10.4
Dice: el Señor envía a otros 72 discípulos, encomendándoles “no llevéis ni bolsa ni alforjas ni sandalias”.
El Señor quiere que” busquemos primero su Reino, y lo demás no lo dará por añadidura”; BIEN SABE EL LO QUE NOS HACE FALTA.
Si Señor tú haces que el dolor sea un signo y una prueba para los que te aman. Podemos decir que tú te sirves del dolor y el sufrimiento para purificarnos y hacernos más fuertes.
Para probar nuestra fe y hasta donde estamos dispuestos a llegar.
Por eso nuestro acto de fe, nuestra respuesta debería ser como dice el Salmo: “Señor aunque no quede trigo en el granero y no queden vacas en el establo yo exultaré con el Señor me gloriaré en Dios mi salvador.
En la medida en que aceptamos tu voluntad, en la medida que aceptamos tus designios nos acercamos más, nos hacemos uno con Cristo hijo tuyo y Señor nuestro. En él has dado muerte al pecado, y por él todos hemos sido redimidos.
En él podemos dar sentido a todo lo que nos pasa, porque el ya pasó antes por todo ello: burlas, críticas, calumnia, injusticia.
Jesús se hace reo de nuestros pecados. Se hace nada para dárnoslo todo.
Nos cura nos perdona y nos abre las puertas del Cielo. GLORIA A DIOS.
Rosi