Queridos hermanos Carismáticos, un sábado más estamos reunidos para alabar y bendecir al Señor.
Otro día más que tengo ante mí la responsabilidad de la enseñanza; que a mí me cuesta y que no me resulta nada fácil.
Como ya sabéis y partiendo del llamado de Jesús a las servidoras de la comunidad, de que le adoráramos con más frecuencia y pasáramos más rato con El.
En el tiempo de Adviento y ahora en Cuaresma- y gracias al Párroco-se ha hecho posible el adorar y contemplar al Santísimo en la custodia.
Cada uno en la medida de sus posibilidades hemos elegido una hora entre las cinco y las ocho de la tarde, y siempre libremente y el tiempo que buenamente cada uno ha podido dedicar, con más o menos sacrificio según las circunstancias de cada uno.
Meditando en estos días ante Jesús Presente en el Santísimo Sacramento, en el silencio de la oración, sentí a mí lado como algo y acompañado de un escalofrío noté la presencia del Espíritu Santo junto a mí.
Su presencia tan cercana a solo un pelo de mí, hizo que me conmoviera, de nuevo cerré los ojos y me dejé llevar. El tiempo pasó tan de prisa que al instante se oyeron las campanadas; daban las seis de la tarde, hora en que los que me sustituyen comienzan a llegar. Me despido del Santísimo hasta el día siguiente.
Por la noche me acuerdo de lo sucedido en el silencio de mi habitación, pero no parece influirme mucho en el sueño pues al día siguiente me despierto tan plácidamente que no recuerdo haber soñado nada (dormí como un angelito).
Siguen los días ante el Santísimo y voy dando vueltas en la presencia de Jesús, pensando en la enseñanza que tenía que preparar próximamente, pidiendo que me iluminara.
Entonces comprendo lo sucedido en los días pasados. Jesús quiere que pasemos una hora al día con El, solo una hora de las muchas que desperdiciamos en tareas menores, como ver televisión, dejar pasar el tiempo en cosas que no aprovechan, o quizás ¡porqué no!, en trabajar más de lo necesario, sin pensar en que descuidamos cosas más importantes, como es para un cristiano la relación personal con Jesús.
Jesús desea que pasemos este tiempo con El, que abramos nuestro corazón y le dediquemos este rato de oración. No le abrumemos con nuestras necesidades.
Jesús sabe lo que necesitamos y lo tiene en cuenta, no las deja en el olvido. Sabe de nuestros sufrimientos, dolores y angustias de lo que nos cuesta muchas veces seguirle.
El quiere que estemos pendiente de su sufrimiento, la hora final está cerca y como hombre tiene temor, desconfianza, miedo, el sufrimiento será mucho y el dolor imponente.
Jesús desea nuestra presencia, ser consolado, amado y esto a mi me lo hizo ver de esta manera, ya que poco a poco nos fue allanando el terreno para que nos acercáramos a Él, pues pasamos de un frío intenso en la capilla a una temperatura bastante agradable.
Jesús tiene necesidad de nuestro apoyo ante tanto sufrimiento en estos momentos tan cruciales. Por eso pide que estemos con Él, meditando y orando a su lado.
Despejemos nuestra mente y recogidos en la capilla en compañía de María su Santísima madre; no le abandonemos en estos momentos finales de su vida entre nosotros.
Jesús oró en el desierto durante cuarenta días, a nosotros no nos pide tanto sacrificio, solo una hora en su presencia, ofreciéndosela con amor, como el amor que El tiene por cada uno de nosotros.
Acerquémonos con alegría sin preocupaciones “SOLO PARA EL”, que el ruido no desvíe nuestra atención. Que el maligno no enturbie nuestra mente, pues se sirve de muchas artimañas para distraernos y entrometerse entre Cristo y nosotros ya que el deseo de Satán es confundirnos.
La Virgen María le irrita profundamente, miremos a la Santa Madre de Jesús, cuando el demonio nos tiente, Ella le apartará de nuestro pensamiento.
Jesús nos ama profundamente a todos y cada uno de nosotros, nos ha sacado del fango una y otra vez. Como buen Pastor nos llama por nuestro nombre, poco es lo que nos pide para tanto como nos da. Abramos nuestro corazón en su presencia, para que le dejemos entrar.
Hermanos en estos momentos, algunos del grupo más algún parroquiano está orando ante el Santísimo y nosotros a su vez aquí cantando y alabándole. Pues que suenen esas guitarras y esas voces para la GLORIA DE DIOS.
Esta enseñanza llega un poco tarde, mañana será DOMINGO DE RAMOS y termina la Cuaresma pero el Señor ha querido que sea esto y no otra cosa lo que os trasmita. También aunque en otros tiempos de la liturgia sean menos intenso “SIEMPRE ES TIEMPO DE ORACION.”
En este día Jesús nos muestra una vez más su humildad llega a lomos de un borrico, El Rey de reyes que podía entrar en una carroza tirada por los más lindo caballos, se presenta a lomos de un asno, en Jerusalén; le acogen con vítores y palmas, pero Jesús sabe que su misión está llegando a su fin y siente el temor del sufrimiento a que ha de ser sometido antes de su muerte. Por eso acompañemos a Jesús en estos días de Pasión y muerte, como nos dijo en una de tantas Parábolas si el grano de trigo no muere no dará fruto “nosotros somos el fruto” .Nos has rescatado Señor con tu sangre.
Recordemos que tenemos ADORACION PERPETUA EN NUESTRA CIUDAD, todos los días del año las veinticuatro horas, acudamos a su lado, El nos da la dirección: CORREDERA DEL CRISTO, “para nosotros” camino de los cristianos.
GLORIA A DIOS.
Emilio
querido hermano emilio, cuanto me gustan tus enseñanzas sencillas y profundas verdad es que del trato con dios diario nace todo y todo se de , espero que muchos hermanos se nutran de ella
ResponderEliminaranimo querido hermano es cristo, como puedes decir que te cuesta si leer tu enseñanza es llenarse de dulzura y sencillez, alegrate estas en el camino verdadero el de los sencillos que en definitiva es el camino de los santos de dios. un abrazo de gloria y animo
ResponderEliminarSolo una hora y nos cuesta. Cuando perdemos el tiempo constantemente. Gracias po esta ensenanza
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