NOVENA AL ESPÍRITU SANTO
Por la señal de la
Santa Cruz ……..
ORACIÓN PREPARATORIA (para todos los días)
Ven Espíritu Santo Creador, visita la mente
de tus fieles,
llena con la gracia de lo
alto los corazones que Tú creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito, don del
Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, amor y
unción invisible.
Tú, dispensador de tus siete dones, dedo de
la diestra de Dios,
Tú, promesa del Padre, que
inspiras nuestras palabras.
Enciende luz a nuestros sentidos, infunde
amor en nuestro corazón,
que tu fuerza constante
reanime la debilidad de nuestro cuerpo.
Arroja lejos a nuestro enemigo, y danos tu
paz sin tardanza,
y así, conduciéndonos Tú,
evitemos todo mal.
Haznos conocer al Padre, revélanos asimismo
al Hijo,
y en Ti, Espíritu de ambos,
haz que siempre creamos.
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó
de entre los muertos,
y al Espíritu Paráclito, por
los siglos de los siglos. Amén.
DÍA CUARTO ( se pide el don de consejo)
Oración
Espíritu Santo, concédeme el don de Consejo, para que, por su inspiración, juzgue con rectitud lo que conviene hacer en los casos particulares que se me presenten y que todo sea para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Dios Espíritu Santo, a veces, no me basta tener la virtud de la prudencia, para que ilumine mi mente, otórgame el don del Consejo, para que me mueva y me guíe de modo divino, con una luz superior a toda la ciencia humana. Líbrame, Espíritu Santo, de tener una conciencia llena de ilusiones falsas. Haz que yo pueda resolver, con acierto, los problemas difíciles de mi vida e inspírame los medios convenientes para ayudar a los demás. Amén.
"El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley" (Ga 5, 22-23)
(El creyente, unido con Cristo, ya no tiene ley exterior, sino que cumple la Ley del Espíritu).
ORACIÓN FINAL (para todos los días)
Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el
cielo.
Padre amoroso del pobre, don
en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso en
nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz,
y enriquécenos.
mira el vacío del hombre si
Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón
enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus
siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y
danos tu gozo eterno. Amén.
Padrenuestro, avemaría y
Gloria. Reina del cielo, alégrate….
¡Dios Padre Eterno!,
Que con la luz de tu Espíritu
Santo enseñas a tus fieles,
Concédenos recto saber según
el mismo Espíritu,
Y gozar siempre de su amor.
Por tu Hijo, Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
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