NOVENA AL ESPÍRITU SANTO
Por la señal de la
Santa Cruz ……..
ORACIÓN PREPARATORIA (para todos los días)
Ven Espíritu Santo Creador, visita la mente
de tus fieles,
llena con la gracia de lo
alto los corazones que Tú creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito, don del
Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, amor y
unción invisible.
Tú, dispensador de tus siete dones, dedo de
la diestra de Dios,
Tú, promesa del Padre, que
inspiras nuestras palabras.
Enciende luz a nuestros sentidos, infunde
amor en nuestro corazón,
que tu fuerza constante
reanime la debilidad de nuestro cuerpo.
Arroja lejos a nuestro enemigo, y danos tu
paz sin tardanza,
y así, conduciéndonos Tú,
evitemos todo mal.
Haznos conocer al Padre, revélanos asimismo
al Hijo,
y en Ti, Espíritu de ambos,
haz que siempre creamos.
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó
de entre los muertos,
y al Espíritu Paráclito, por
los siglos de los siglos. Amén.
DÍA SÉPTIMO (se pide el don de Temor de Dios)
Oración.
Espíritu Santo, concédeme el don de Temor de Dios, para que, bajo su influencia y poder, consiga una gran docilidad reverencial a la voluntad divina. Haz que este temor a la Justicia de Dios sea en mí un temor reverencial, como el que tienen los hijos a sus padres, que tenga miedo de ofenderte.
Tú sabes bien, Espíritu Santo, que yo necesito este don para ser profundamente humilde, puro y modesto ante la grandeza de Dios Padre y ante la debilidad de mis propias fuerzas, para practicar el bien. Pon en mi corazón un gran horror al pecado y una diligente vigilancia para evitar hasta las más mínimas ocasiones de ofender al Señor. Amén.
"Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque sino me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito (el Espíritu Santo); pero si me voy os lo enviaré" (Jn 16,7)
ORACIÓN FINAL (para todos los días)
Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el
cielo.
Padre amoroso del pobre, don
en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor
consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso en
nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz,
y enriquécenos.
mira el vacío del hombre si
Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón
enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus
siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y
danos tu gozo eterno. Amén.
Padrenuestro, avemaría y
Gloria. Reina del cielo, alégrate….
¡Dios Padre Eterno!,
Que con la luz de tu Espíritu
Santo enseñas a tus fieles,
Concédenos recto saber según
el mismo Espíritu,
Y gozar siempre de su amor.
Por tu Hijo, Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
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